Estamos acostumbrados a ser escuchados, que no a escuchar. Nos gusta mucho pedir y recibir, mucho más que dar, y rara es la vez que damos sin esperar nada a cambio. Lo que me ha pasado últimamente es justo lo contrario, he recibido mucho sin pedir ni esperar nada. Cosas buenas, muy buenas: cariño, afecto, respeto, amor, de gente a la que conocía y de gente a la que no. Muchos eran, como dice mi amigo Mikel Erentxun, amigos desconocidos que con sus palabras de aliento me hicieron superar momentos difíciles. Gente supongo que de todo tipo (amigos desconocidos) que quisieron ayudarme y que precisamente por no conocernos, no esperaban nada de mi. Pau Donés
Dejar una contestacion
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.